En
Colombia, este fenómeno ha sido estudiado detalladamente los últimos quince
años por el arquitecto Rafael Hernández quien, cuando se dedicaba a la vivienda
popular y por autoconstrucción, comenzó a sentir que pasar tantas horas frente
al computador estaba generándole sueño, a pesar de dormir bien en las noches.
La incómoda situación lo llevó a investigar sobre la influencia
de los aparatos electrónicos y eléctricos en el cuerpo humano y encontró
información científica que afirmaba que la radiación estimula la glándula
pineal, encargada de secretar melatonina, la hormona que regula los ciclos de
sueño, protege el sistema nervioso central y estimula el inmunológico. Así que,
principalmente, el primer síntoma de que los humanos estamos siendo afectados
por esta contaminación es la alteración del sueño.
Rafael también investigó sobre la radiónica, una disciplina que
define que cada forma de vida tiene su propio campo electromagnético, que si es
distorsionado afecta el organismo, y decidió recopilar información de todo el
mundo sobre experimentos que se hubieran hecho para la protección de esta
contaminación y empezó a hacer sus propios diseños de placas protectoras.
Fundó Telmorehm y hoy está dedicado al desarrollo de
estos productos, que ya son populares en las tiendas naturistas y de distintas
marcas, entre las personas que los ven como una solución para cuidarse de la
contaminación electromagnética.
¿Cómo funcionan?
Son calcomanías y acrílicos con figuras geométricas de distintos
colores para que las personas se cuelguen y peguen en televisores, teléfonos
celulares, computadores, y se protejan de las ondas eléctricas y
electromagnéticas que llegan a ellas en sus hogares y oficinas.
Aunque no es fácil explicar su funcionamiento, Hernández dice
que basta con recordar el concepto de color: “una sensación producida por los
rayos luminosos que impresionan los órganos visuales y que depende de la
longitud de onda”. Uno de los primeros en estudiar el tema fue Isaac Newton,
para quien las diferentes longitudes de onda se percibían como
"colores", que componían una pequeña parte del espectro
electromagnético de la luz solar. Así, los colores y las formas tienen la
capacidad de repelar algunas ondas y desviarlas de su influencia directa en el
cuerpo, según explica Rafael.
Otra forma de protegerse en el hogar, es no tener aparatos
eléctricos y electrónicos cerca a nuestros cuerpos. Esto quiere decir que si no
hay un televisor en tu cuarto y otros aparatos, antes de acostarte no solo los
apagues sino que debes desconectarlos y, como dice el experto, notarás la
diferencia.
¿De verdad necesitamos
protección?
Las personas que no suelen creer en medicinas alternativas,
tampoco lo hacen en nada que no sea aprobado por la OMS. Sin embargo, con la
reciente advertencia sobre los teléfonos celulares, es más fácil creer que las
ondas electromagnéticas están en todas partes y hacen efecto en los humanos,
así como las radiaciones surten efecto en los tratamientos para combatir el
cáncer.
Por otro lado, hasta la legislación colombiana habla de este
tipo de energías. La ley 9 de 1979 habla sobre radiofísica sanitaria en el
artículo 149: “Todas las formas de energía radiante, distinta de las
radiaciones ionizantes que se originen en lugares de trabajo, deberán someterse
a procedimientos de control para evitar niveles de exposición nocivos para la
salud o eficiencia de los trabajadores. Cuando quiera que los medios de control
ambiental no sean suficientes, se deberán aplicar las medidas de protección
personal y de protección médica necesarias”.
Así que si sientes que no estás durmiendo bien, simplemente
desconéctate y has lo posible por mantenerte alejada de estas fuentes de
radiación.